1. Saber qué se quiere hacer. Acudir a una empresa de reformas
sin tener ni idea de qué se quiere es un error que pagarás con dinero
imprevisto.
2. Mantén la fontanería y las tuberías
del gas donde estaban y en torno a ellas, realiza el nuevo diseño.
3.
Nunca asumas que los grandes centros de distribución de muebles de cocina son más caros
que una tienda pequeña. De hecho, normalmente conseguirás mejores condiciones,
mejor trato y ayuda, por el mismo precio
o menos, que en una gran superficie.
4.
Mira muchas tiendas. Lo que he comentado de los centros comerciales se aplica a
muchas pequeñas tiendas (por experiencia), pero no en todas. En algunas te
intentarán sacar los ojos, metafóricamente, y el dinero, con precios muy por
encima de mercado.
5. A
veces, cuando ya tienes el diseño, muchos de los muebles de cocina que tienes previamente
te sirven (no siempre), y a lo mejor, todo el cambio consiste en cambiar las
puertas o pintarlas, y que te fabriquen un par de muebles a medida.
6.
Pide el mayor número posible de presupuestos sobre la encimera del material que
desees. A veces, los distribuidores y fabricantes tienen piezas de las que
quieren deshacerse mucho más baratas. Y puede que a ti te gusten.
7.
Compra online muchos productos, donde muchas veces los precios resultan más
competitivos.
8. Se flexible en los materiales. Si hay algo que te gusta, busca por si encuentras
alguna manera más barata de conseguirla. Requiere tiempo, pero ahorra
dinero.
9. Si
has contratado con una empresa de reformas, es importante que quede claro y por
escrito TODO. Quien es el responsable de comprar los materiales, qué materiales
exactamente (incluso marca y modelo) y qué costará el hecho de que quieras
realizar algún cambio en el diseño a mitad del proyecto. Muchas veces, lo
barato sale muy caro.
10.
Considera siempre alternativas más baratas en materiales y diseño reutilizando,
por ejemplo, los viejos muebles para hacer una isla, o teniendo en cuenta las
encimeras laminadas, en vez de centrarse en granito o cuarzo.